No hay otra mejor manera de despedir el año que irte de viaje con la mejor compañía a un lugar increible como es Roma. La ciudad eterna nos esperaba con los brazos abiertos pues tenía mucho que mostrarnos, muchos rincones únicos, la mayoría de ellos ambientados por un escenario navideño que enriquecía aún más si cabe la estética de esa ciudad sin igual.
Seis días en la eterna Roma y, aunque parezcan muchos para conocer una sóla ciudad, poco nos faltó para ir caminando con la lengua fuera. Estábamos ansiosos de conocer cada rincón que pudiera propiciarnos un mínimo detalle más de la rica historia que contiene. Columnatas, fuentes, fachadas, ruinas y un interminable número de basílicas estaban aún por ver.
De todas las cosas que vimos, quizás lo que más me haya impresionado fue esas columnas en ruinas que se levantan entre el resto de ruinas del Palatino. No más de tres columnas juntas permanecían aún después de... ¡21 siglos! Increible, pero cierto.
Sin embargo, esta no es la única fuente que llama la atención del viandante. Cualquiera de las que ves mientas paseas por las calles son dignas de ser admiradas. Muchas de ellas son del maestro Bernini, como la de la Barca que hay frente a la escalinata de la Plaza de España.
Pero, sin duda, hay tres lugares que superiron dejarme con la boca abierta, por su carácter imponente, por su estética, por su ubicación. De la primera razón, me encontre con el monumento a Emanuel II. Edificio imponente donde los haya. Grande, blanco impoluto y colocado en un alto. Por su estética, la plaza de San Pedro. Columnata, obelisco y cúpula. Por su ubicación, el Panteón. Por el encanto que tiene la plaza donde está ubicado.
Por otro lado, me atrevería a decir que mucha gente no conoce la existencia de una pirámide en Roma. Pues sí, la verdad es que está ubicada en un sitio poco adecuado dado que no se encuentra en un entoerno idílico, sino que lo rodean calles y, con ellas, aglomeración de coches...
Ostia Ántica, una de las ciudades más importantes de la época romana, es otro lugar interesante para revivir de forma imaginaria el día a día de nuestros antepasados los romanos. Aunque en ruinas, puedes dejar volar tu imaginación y tratar de adentrarte en cómo era la vida y costumbres de hace ya más de veinte siglos.
Sin duda, la anécdota del viaje la marcará un hecho que aunque no estuvimos presentes, nos atañaba de alguna manera: Un fragmento del coliseo caía mientras los turistas observaban atónitos... Este fue motivo de guasa por parte de algunos amigos cuyo nombres no voy a señalar, pero lo cierto es que nos hizo cierta gracia el estar justo en esta ciudad y que pasará algo como lo que ocurrió siendo noticia, supongo, en medio mundo. Por supuesto, cuando visitamos el monumento no ocurrió nada parecido.
Otra anécdota, la cual sólo me puede ocurrir a mí, vino dada por quedarme encerrada en un baño de un pub irlandés. Lo cierto es que me lo tomé con mucha calma y supe que tenía que comunicarme en inglés, pues sus clientes eran principalmente parlantes de este idioma. Allí estuve encerrada unos diez minutos hasta que un chico con la ayuda de un cuchillo logró abrir la puerta... Según me dijo Alfonso, pensó en ir a mi búsqueda dada mi tardanza pues comenzaba a preocuparse... ¡Quién sabe! jejejej.
Y estos lugares y otros tantos, y estas anécdotas y tantas otras hicieron de este viaje uno de los mejores que he hecho. Sin embargo, no hubiera sido igual sin una compañía tan especial. ¡Gracias! Ha sido un placer conocer un lugar nuevo, parlar un poco el italiano y pasar unos días junto a ti diciendo adiós a un año difícil en algunos aspectos y casi dando la bienvenida a un año que, espero, sea un año más próspero que el anterior. Pues eso, ¡arrivederci 2011!
Pues tu acompañante tiene una peculiar habilidad para perder mapas...
ResponderEliminarMe encanta el relato de este viaje. Muy bien descrito todo, no se puede hacer mejor. Aunque pensaba que la anécdota sería otra, quizá alguna de los billetes de transporte público, jejejeje.
ResponderEliminarah si? esa habilidad la desconocía... No he queridao contar esa pedazo de anéncita por no dejarte mal... jijiji. Gracias!!
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